Los bienes raíces son una forma muy productiva para invertir al paso del tiempo, sin embargo, aprender a hacerlo requiere paciencia, conocimiento y una evaluación cuidadosa de las propiedades para determinar su potencial de producción de ingresos.
Una de las principales diferencias es que mientras la casa que comprarás para ti o para vivir en familia funcionará como tu residencia, una propiedad de inversión debe comprarse con la cabeza, tiene que ser un negocio que te brinde el máximo rendimiento.
Hogar versus negocio
Otra diferencia entre un hogar y una propiedad de inversión es que su propósito principal es servir de “refugio”, más que como negocio. Cuando compras una propiedad a modo de inversión, normalmente puedes elegir el momento de la compra para asegurarte de comprar o vender cuando obtengas el mejor rendimiento posible.
Tu residencia principal, generalmente la comprarás cuando sea necesario y la venderás cuando estés listo para mudarte, a menudo hay poco control sobre el tiempo y eso puede tener un efecto negativo en tu situación financiera, puedes llegar a verte obligado a comprar cuando el mercado esté alto y vender cuando esté bajo.
Cuando compras para rentar
Otro punto clave que diferencia viviendas residenciales y propiedades de alquiler es la cantidad de trabajo continuo y la inversión que se requiere. Cuando compras una casa para vivir de tus rentas, realizas pagos hipotecarios regulares, de servicios públicos, pero también eres responsable de cualquier mantenimiento o reparaciones importantes necesarias, lo que puede sumar varios miles de pesos al año.
Las mejores propiedades para renta no deberían requerir inversión en exceso. Sí, hay gastos que cubrir, incluso una posible tarifa de administración del departamento que pondrás en renta, pero si compras la propiedad adecuada, esa cantidad debería ser relativamente baja. Comprar una propiedad de inversión al precio correcto, con el crédito adecuado y las expectativas correctas de ingresos, es la forma en que ganarás dinero y aumentarás el valor de tu inversión a lo largo del tiempo. A continuación, te presentamos otros aspectos a considerar según el tipo de objetivo por el que vas a comprar una casa o departamento:
| Bienes raíces como hogar | Bienes raíces como inversión |
| Importas tú: qué quieres de una casa, cuáles son tus necesidades particulares, qué planes tienes a futuro | Importa generar ingresos, considerar el potencial del inmueble y el interés que genere en los compradores |
| Tus finanzas: considera cuánto pagarás al mes de hipoteca, qué tan seguros son tus ingresos, si habrá gastos de reparación o remodelación | Estado de la propiedad: ¿Cuánto trabajo requiere?, ¿qué reparaciones o remodelaciones son necesarias para que sea comercializable?, ¿cuánto costará eso? |
| Ubicación: piensa si la casa debe estar cerca de tu trabajo, de la escuela de tus hijos | Ubicación: ¿la colonia tiene demanda?, ¿han aumentado o disminuido los precios de las viviendas en los últimos años?, ¿qué servicios hay alrededor? |
| Plusvalía: piensa en su posible valor de reventa, si será deseable para los buscadores de vivienda | El potencial: ¿Qué muestran las ventas comparables locales por las que se venden las casas cercanas?, ¿hay margen de ganancias?, ¿cómo se compara la casa en cuanto a características con otras propiedades en el área? |
| Gustos y estilos: quieres casa nueva, usada, estilo rústico o más moderno. ¿Cuánto mantenimiento estás dispuestos a pagar si te mudas a un edificio? | El mercado: ¿existe un fuerte mercado de alquiler en la zona?, ¿Es un mercado de vendedores?, ¿cuáles son las rentas medias? |
Los ladrillos siempre serán una excelente inversión, pero para que tu satisfacción esté 100% garantizada, necesitas tener en cuenta tus objetivos y lo que ello implique para no llevarte alguna sorpresa inesperada.